“La biotecnología es esencial para que el agricultor logre una calidad alimentaria de nivel premium en los mercadosy desde AgritechMurcia trabajamos con esos estándares de excelencia»

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Carlos Mirabet es socio fundador y director comercial de Agrozymes. Esta Pyme, que
forma parte del ecosistema empresarial de AgritechMurcia, cuenta con una gran
experiencia en biotecnología enfocada a lograr una producción agraria segura, de máxima
rentabilidad y, como consecuencia, una alimentación de primer nivel de calidad.
El CEO de la empresa explica que “llevamos 11 años en el mercado. Hace dos años,
tuvimos que abordar un reto paradigmático: una finca de mandarina, en Molina de Segura,
tenía un problema de Alternaria spp., la “mancha marrón” provocada por un hongo que
impedía obtener una cosecha regular y solo permitía sacar 200.000 kilos de mandarina en
toda la parcela, con una calidad, media o baja. Estuvimos estudiando el caso y se puso
una estación meteorológica. Se estuvieron analizando las condiciones climáticas a lo
largo del año y elegimos una estrategia combinada. Realizamos una serie de aplicaciones
dirigidas al suelo. Resultado: este año, en la misma parcela, está previsto que se recojan
casi 800.000 kilos de una calidad altísima. El gasto ha sido de unos 300 euros por
hectárea. Son herramientas muy buenas. Ahora estamos haciendo ensayos en brócoli
con los problemas de Alternaria spp., o de Sclerotinia spp. en lechuga».


Agrozymes es una empresa de biofertilizantes y bioestimulantes. El objetivo de los
productos es aumentar la sostenibilidad de los ecosistemas que rodean a los cultivos
ofreciendo soluciones naturales compatibles de bajo impacto ambiental. Tienen larga
experiencia en el sector dedicado a la fabricación y comercialización de productos
ecológicos a base de microorganismos y extractos naturales para su aplicación en
agricultura ecológica.

Las empresas murcianas están en una posición avanzada en todo este desarrollo que
afecta, al final, a la seguridad alimentaria en cumplimiento de la exigente normativa de
Europa. Así lo demuestran las exportaciones a centenares de países de tecnología,
infraestructuras, productos, asesoramiento y formación.

¿Cómo se generó la alternaria en la plantación de mandarinas?
Las toxinas de Alternaria, son micotoxinas producidas por especies de hongos que están
de forma natural en el ambiente que producen enfermedades en muchas plantas. El inoculo está siempre presente, pero está esperando a que las condiciones de desarrollo
sean las adecuadas en cuanto a temperatura y humedad para provocar el problema. Este
hongo crea una mancha negra redonda en la fruta y se deprecia.

¿Ocurre en otros lugares?
En España y Portugal, aunque hay en toda Europa. No afecta al producto en sí, pero
actualmente el consumidor quiere un producto en perfectas condiciones, sin manchas, lo
que hace que este hongo sea un inconveniente. Como si fuera un picoteado en la fruta.
Es un daño estético, se queda en la piel de la mandarina, pero lo que si provoca es la
caída de la mandarina al suelo antes de tiempo de recolección. Fue con lo que nos
encontramos el año pasado al llegar a la plantación y ver la mitad de la cosecha en el
suelo, en un manto naranja.

¿En qué consiste Soluzymes? ¿Cómo eliminó el problema de la plantación?
Es un fertilizante de suelo. El producto consiste en una bacteria, la Pseudomonas putida.
Es una bacteria que solubiliza el fósforo que está en el suelo. El fósforo forma parte del
material del sustrato, de la riqueza de nutrientes, está de forma insoluble. La planta no lo
puede absorber y a través de la bacteria, de sus exudados en la reproducción, disuelve
esa molécula de fosfato tricálcico y solubiliza el fósforo y la planta accede a ello, además
del calcio y el hierro también. En las fincas donde hemos aplicado este producto, los
hongos del suelo se han reducido mucho.
Hicimos un ensayo en laboratorio. Un cultivo de alternaria, lo pusimos en varias placas
Petri, estuvimos inoculando con bacterias y vimos el efecto. A priori nos dio una
información muy válida de cómo podría actuar este hongo. A lo largo de este año, hemos
preparado una estrategia para el control de este hongo. Consiste en 15 tratamientos
foliares. El número de actuaciones es muy elevado y en 6 de esas actuaciones se ha
incluido nuestro producto. Hay que ir haciendo combinaciones, nadie tiene una solución
que sea válida para todo. Hay que ir viendo y combinando diferentes materias activas,
incluso utilizando productos fitosanitarios. Con una estrategia combinada hemos
conseguido reducir mucho la incidencia de este hongo.

¿Se intentaron aplicar otras medidas?
Se utilizaron tratamientos foliares con Hidróxido de cobre. El problema es que se dieron
demasiados tratamientos y provocó que el árbol no tuviese crecimiento vegetativo. Se
estresó mucho. Se podía observar que las hojas de los árboles estaban abarquilladas y
del revés. El exceso de cobre le hizo daño. Vimos un nivel de estrés en el árbol muy
fuerte. Planteamos esta estrategia y pudimos ir haciendo una serie de tratamientos
corrigiéndolos a lo largo del año. En definitiva, si hay algún problema se corrige porque no
se va a abandonar la parcela porque sea de un ensayo.

¿Cómo ha cambiado la producción de mandarinas desde que comenzaron a aplicar
estas actuaciones?

La estrategia es preventiva. Se instaló en la finca una estación meteorológica para
conocer todos los datos de temperatura y humedad. En función de estos datos se fue
valorando el riesgo que tenía de aparición de síntomas de la enfermedad. En función de
ese riesgo se hace el tratamiento. La intervención es en un período corto y tiene un efecto
preventivo de desarrollo de esta enfermedad.
Quizás haya que hacer un tratamiento cada 15-20 días. Según las condiciones climáticas
de la finca, se van planteando estos tratamientos. Este año han sido 15. En verano son
menos frecuentes que en otoño.

¿Trabajan con este producto fuera de España?
En cítricos estamos introduciendo los productos en Marruecos, estamos finalizando el
registro de las bacterias. Somos una de las primeras empresas en registrar un producto
así en Marruecos, ya que tiene bastante dificultad. Llevamos a cabo acciones de registro
en Egipto, y estamos en proceso en Serbia, Grecia y Polonia.

¿Cómo se sienten con los resultados obtenidos este año?
Satisfechos. Hemos contribuido a mejorar las producciones y hacerlas más rentables. Una
solución biotecnologica, accesible y con un precio adecuado.

¿Qué consejos les darían a otros agricultores que tengan problemas con el hongo
alternaria?

Que confíen en las empresas que trabajamos al detalle de las necesidades del agricultor,
y de manera cercana, al contrario de las grandes multinacionales que tienen más nombre.
Tenemos soluciones a un precio económico, y por ser económicos no tiene por qué ser
malo o regular. Deben probar los productos y trabajar con el personal técnico de estas
empresas de proximidad. Tenemos mucho que aportar y entre todos podemos hacer más
rentable un sector estratégico como la agricultura. Si hacemos lo mismo que hace 30
años, el resultado será igual que hace 30 años. Perdemos competitividad. Si vamos
incorporando estrategias nuevas y solucionando problemas de una forma sostenible y
más rentable, el agricultor tendrá más oportunidad de subsistencia.

¿Qué les diferencia con las multinacionales?
Nos diferencia el dinamismo. Tomamos decisiones rápidas, no se necesita demasiada
burocracia interna. Tenemos cercanía máxima con el agricultor. En el momento en el que nos hace un pedido o una consulta, somos muy dinámicos y tenemos agilidad y saber
hacer. Somos una pyme con personal muy especializado en esta materia.

¿Están trabajando en otros proyectos?
A nivel de I + D estamos desarrollando varias áreas. Destacamos el trabajo con otra
empresa de AgritechMurcia con la que desarrollamos una línea de biofertilizantes para el
mercado a base de microalgas spirulinas. En Agrozymes nos gusta trabajar con
compañeros, para optimizar resultados entre todos.
Tenemos otros ámbitos de desarrollo con microorganismos. Hemos registrado una
bacteria que es solubilizadora del potasio en el suelo, de cara a la fase final del ciclo del
cultivo. Aprovecha todas las formas de potasio que están insolubles en el suelo y aumenta
la absorción de este nutriente.

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